Que campanilla te cuide y te guarde!
Los jóvenes y adultos viven preocupados por su futuro; sus estudios, su destino en las próximas vacaciones, preocupados por pagar su hipoteca, por comprarse un coche, por su trabajo... Los ancianos, por contra, viven recordando y lamentando su pasado; lo guapos, fuertes y vitales que eran, todo lo que tuvieron que trabajar, aquella oportunidad que dejaron marchar... Los niños son quienes disfrutan del simple acto de vivir, de jugar, no se lamentan del ayer, no se preocupan por el mañana, ríen, disfrutan y ponen su máxima dedicación a cada cosa que hacen. Por eso, cuando me preguntan que quiero ser de mayor, respondo: quiero ser una niña.
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